La humanidad en tanto que especie ha comenzado el siglo XXI con grandes preocupaciones y desafíos. No solo tiene frente de sí el gran enigma concerniente a la sostenibilidad y/o insostenibilidad planetaria provocada por el cambio climático, que a su vez es potenciado y/o ralentizado por las formas socio-industriales de producción, sino que también tiene la amenaza de la guerra a nivel global. Esta vez, quizás y por primera vez, estaría sometida a un exterminio nunca antes imaginado, dado el potencial bélico que producen, producirán y emplearán las grandes potencias mundiales si nuevamente no logran alcanzar acuerdos y negociaciones políticas para la satisfacción de sus intereses.

Y a estas grandes preocupaciones habría que agregar una más: la preocupación por el desde dónde poder enfrentar dichas amenazas. Y aquí, nuevamente nos encontramos con grandes desafíos, pues la condición humana, si bien es cierto no es mucho lo que ha cambiado desde sus orígenes, y le sigue acompañado su gran fragilidad, también es cierto que con los adelantos tecnológicos en todo los niveles y ámbitos posibilitantes de lo vivo, tiene hoy como intervenir en lo que tradicionalmente llamábamos la naturaleza humana. Los desarrollos de la inteligencia artificial, por poner un caso, no solo nos ayuda a emprender grandes utopías para la humanidad porvenir, sino también nos puede conducir a grandes desastres si aquella solo se da a partir de los intereses de dominación de unos pocos sobre todos los demás.

En este contexto, el Congreso Internacional de Bioética de la Universidad Militar Nueva Granada, que se celebra cada dos años, llega en esta ocasión a su versión Décima primera.  Para la realización de este evento, el programa de doctorado en Bioética, quiere invitar a los agentes del Estado, a los miembros de la sociedad civil y de manera particular a los miembros de la comunidad académica a reflexionar sobre dos temas han atravesado desde el comienzo la emergencia de la Bioética: la fragilidad del ser humano, desde una perspectiva no antropocéntrica sino bio-ética  y la imperiosa necesidad de buscar de manera transdisciplinaria y compleja nuevos caminos para la paz. Para la paz en el mundo y para la paz en nuestro país.

En el ámbito internacional, dado los enfrentamientos armados que bien podrían dar origen a una tercera guerra mundial, la paz vuelve a hacer parte de las agendas geopolíticas y geoestratégicas sustentadas, entre otras por los Objetivos de Desarrollo sostenible de las Naciones Unidas. En el ámbito nacional, desde la perspectiva gubernamental, la paz reaparece como un propósito estatal con la inclusión de todos los actores armados y no-armamos en el territorio nacional. A nivel académico-institucional, la Universidad Militar Nueva Granada UMNG, desde su plan rectoral 2024-2028: Educación neogranadina para la vida, el liderazgo y la paz, hace eco de buscar académica e investigativamente una hoja de ruta para la transformación social, la reconciliación, la convivencia, la justicia y la paz. Recordemos que solo dos países en el mundo, Colombia y Japón, han proclamado en sus cartas constitucionales que la paz no solo es un anhelo al que podríamos aspirar desde nuestra fragilidad humana, sino también, es un derecho que se convierte en un criterio de legitimidad en los Estados Constitucionales de Derecho.